Las elecciones en Chile y la crisis en América Latina

Con la colaboración de Roque Chile

El domingo 21 de noviembre de 2021 se llevó a cabo la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile y las Cores (elección de consejeros regionales).

Participaron menos de siete millones de votantes, lo que representa menos del 48%, reafirmando una tendencia histórica hacia la baja de la participación pública en las elecciones.

Seis candidatos de los siete que participaron representaron diferentes énfasis de la continuidad del sistema actualmente vigente en Chile, como consecuencia del Acuerdo del 19/11/2019 con el objetivo de contener la crisis desde arriba hacia abajo.

Eduardo Artes, del Partido Comunista de Acción Proletaria, no representó al sistema, pero no presentó un programa claro capaz de movilizar a los trabajadores y al pueblo chileno.

Inicialmente, el Acuerdo implicó en la celebración de un plebiscito.

Una vez que ganó la opción Aprobar, se acordó convocar la elección de la Convención Constituyente con el objetivo de redactar una nueva constitución, que será propuesta a todo el pueblo mediante otro plebiscito.

Como componente del Acuerdo, existían leyes secretas, incluidas leyes abiertamente represivas, la militarización de Walmapu (la región donde viven los Mapuches) y el futuro del sistema existente en Chile.

En la primera vuelta de las elecciones, el candidato de extrema derecha, José Antonio Kass, del Frente Social Cristiano, ganó con el 28% de los votos válidos, seguido por Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad, quien obtuvo el 26% de los votos válidos, aproximadamente, 1,9 millones de votos contra 1,7 millones.

Kass representa un enorme ataque contra los trabajadores y el pueblo. Pero la derecha también está muy contenta con la posición política de Boric, del Frente Amplio, cada vez más derechista, muy similar a lo que sucedió con la “izquierda” oficial brasileña y en los demás países de América Latina.

Los resultados y el aumento de la crisis política

La derecha de conjunto, obtuvo su porcentaje más o menos histórico, por encima del 40%, lo que significó una recuperación considerando la Revuelta Popular que implosionó en octubre de 2019; como si el régimen no hubiera atravesado una gran crisis.

A pesar del apoyo inicial a la Revuelta Popular y el rápido intento de controlarla, en cinco meses de campaña, Boric aumentó sus votos en tan solo 25.000 votos.

Los partidos que funcionan como accesorios de los principales partidos del circo electoral, obtuvieron alrededor del 3% de los votos válidos, como sucedió con el Partido de la Gente de Franco Parisi, que incluso agrupa a sectores abiertamente nazis, parte de ellos vinculados al mundo evangélico.

El candidato de la Concertación, liderado por el Partido Socialista, obtuvo el porcentaje de votos más bajo de su existencia. Es la primera vez que no llega a la segunda ronda. Esto también afecta a la Democracia Cristiana, uno de los pilares del régimen post pinochetista.

Gobernabilidad desde el control de los parlamentarios

clique en la imagen y sepa sobre el intento de acalmar el levante popular por medio de las elecciones

Además de la histórica abstención, hubo más de 800.000 votos nulos y en blanco.

Detrás de estos hechos objetivos que revelan la agudización de la crisis política, es importante analizar la composición de la Cámara de Diputados, donde la derecha ganó la mayoría.

El Apruebo Dignidad de Boric aumentó sus diputados, al igual que la antigua Concertación.

El grupo pro fascista de Parisi ganó siete diputados.

El PC logró aumentar sus parlamentarios de nueve a 12 diputados y terminó convirtiéndose en el partido mayoritario en el pacto Apruebo Dignidad.

En el Senado, también hubo un empate virtual entre la derecha y la Concertación. Apruebo Dignidad ganó cinco senadores, en un virtual empate con la extrema derecha.

Qué esperar de la segunda vuelta de las elecciones?

Clique en la imagen y sepa sobre la candidatura de Kast

Dos tipos de discursos se enfrentan en la segunda vuelta de las elecciones. Un discurso antiinmigración, por la seguridad y el orden, con la defensa activa de la Dictadura Militar, representada por el señor Kast.

El objetivo del Sr. Boric y su grupo es capturar el sector llamado “progresismo”, la clase media alta, los jóvenes empresarios. Promete respetar el sistema con algunas modificaciones. Intentan unir una izquierda reformista y sectores de la derecha con el miedo de la extrema derecha, siguiendo exactamente la misma política que aplica en Brasil la “izquierda” oficial bajo el nombre de “frente amplio” contra Bolsonaro.

La similitud entre ambas políticas se hace evidente cuando vemos que las principales figuras de ambas corrientes políticas, como ocurre en varios países de nuestro continente, participan en el llamado Grupo de Puebla, que es teleguiado por el Partido Democrático Norteamericano.

Esta política, por lo tanto, representa una política impulsada por el imperialismo norteamericano para imponer sus nefastos intereses sobre los trabajadores y nuestros pueblos.

El miedo a la candidatura de Kass tendería en principio a movilizar a sectores más amplios de la sociedad para evitar su triunfo, pero detrás de esta política hay otras cosas.

La nueva Constitución y la gobernabilidad pinochetista

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Lo estratégico para la actual democracia pinochetista no lo decide quién ganará la segunda vuelta de las elecciones del 19 de diciembre, porque ningún sector podrá aprobar ninguna ley sin negociar con los demás sectores. Es un regreso a la era de la “democracia y los acuerdos”, el período de cogobierno entre la derecha y la Concertación.

El sistema pinochetista actual, que en todo lo fundamental es una continuación del régimen puesto en marcha por la Dictadura de Augusto Pinochet, busca aprobar la nueva Constitución para lograr la unidad nacional en torno al sistema, donde todos reconocerían que participaron en su aprobación. Este sería uno de los antídotos contra las tendencias revolucionarias junto a los organismos represivos que es uno de los más nazis de nuestro Continente.

Además de esta política, el señor Boric, por segunda vez, adoptó un discurso “contra la delincuencia” y se opone a la amnistía de todos los luchadores sociales que fueron encarcelados por participar en la Revuelta Popular que estalló en 2019. Con esta política, busca ganar sectores de la Democracia Cristiana y de la derecha.

La crisis no puede cerrarse desde arriba. Hay tensiones en los distintos sectores dominantes, que también se expresan en la modificación del programa del Sr. Kass.

El bloque dominante logró contener el movimiento popular, pero la crisis sigue creciendo, impulsada por la agudización de la crisis global.

En el próximo período, la crisis política, económica y cultural debe permanecer latente.

El movimiento popular aún no ha logrado unificar criterios, ni pasar de un programa general a un programa unificador de lucha capaz de movilizar a amplias masas populares. Impulsar la lucha en esta dirección es precisamente el papel de los revolucionarios. Esto requiere no solo ajustar las tácticas, sino aplicarlas de manera efectiva con sabiduría y energía política.

Levante ! Organize-se! Lute!
A hora de Lutar é Agora!

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